Estamos asistiendo a una fuerte desconfianza en el ser humano por parte de los gobiernos actuales. Vemos como se imponen medidas que reclaman un Estado fuerte capaz de imponer valores de orden, seguridad, buenas costumbres, tradición…
Los neoliberales parten de una concepción idealista del pasado, en el que en la escuela se enseñaban los valores tradicionales y se «daba una educación de calidad».
Dentro de las personas influyentes hoy en día en el Partido Popular nos encontramos al ministro de educación, José Ignacio Wert y con otra antigua conocida de los saraos políticos como es Esperanza Aguirre, declarada a sí misma una gran defensora del pensamiento liberal.
Creen firmemente que con la sociedad igualitaria del Estado de bienestar se ha introducido la mediocridad en las escuelas, debilitándose fuertemente los valores que hacen fuerte a la nación. Consideran que la educación hay que liberarla del dominio de profesores y profesoras y de sindicatos.
El sistema educativo ha de configurarse en torno a un nuevo currículo con los viejos valores exigiéndolos mediante el control del rendimiento de escolares y centros.
Además el pensamiento neoliberal tiene un discurso educativo centrado en 3 puntos:
- El discurso de la calidad
- El discurso de la libertad de elección de centro docente
- El discurso de la autonomía institucional
El discurso de la calidad
Este discurso neoliberal se identifica con el rendimiento escolar de los centros docentes y del alumnado, sin tener en cuenta la desigual situación de partida, las necesidades de formación del alumnado o el derecho de todas las personas a una educación de calidad.
Olvidan que la educación va dirigida a personas y que cada una de ellas tiene sus características individuales. Los factores pedagógicos son sustituidos por criterios económicos y la escuela es evaluada en función de los resultados. En la escuela neoliberal promovida por Wert, no hay sitio para la formación integral de la personalidad, la compensación de desigualdades, la atención a marginados o excluidos… Solo le interesa una cosa, medir el valor de los centros en función de los resultados académicos que ellos consideran imprescindibles.
Yo me pregunto, ¿el éxito de una persona en la vida depende única y exclusivamente de sus resultados académicos? ¿Dónde quedan aquí el desarrollo del resto de habilidades de las personas? ¿Qué papel juega la adquisición de las Competencias Básicas? ¿Qué hay de la aplicación de la teoría de las Inteligencias Múltiples de Gadner?
El discurso de la libertad de elección de centro docente
Este hecho está justificado por el pensamiento neoliberal de la «ineficacia» de las escuelas públicas. Por tal motivo el consumidor de educación debería tener la libertad de elegir varios tipos de educación. Da igual que sea segregadora o adoctrinal.
Este discurso olvida algunos fines básicos de la educación, como son la cohesión y estabilidad social, la integración nacional o la socialización política. Olvidan que la escuela es la base de la igualdad. El sistema que ellos proponen busca el reproducir los desequilibrios existentes, teniendo mayores ventajas las escuelas que ocupan un lugar destacado o privilegiado. Crean un ranking con las escuelas y le ceden más recursos a aquellas que están en las escalas superiores, sin tener en cuenta las diferencias contextuales entre ellas.
El discurso de la autonomía institucional
Hablando de rankings, este discurso viene al pelo. ¿Os suena algo la frase: «no es necesario incrementar recursos, sino gestionarlos mejor»? El discurso de la autonomía personal tiene detrás el fomento de la competencia entre las escuelas. Para ello lo mejor es dotar de la autonomía a los centros para competir entre sí por el alumnado. Por supuesto, la escuela pública tiene desventaja, ya que tiene una adjudicación limitada de recursos y el éxito o el fracaso corresponden a los centros debido a su autonomía.
¿Tendrá las mismas dificultades un centro situado en una zona marginal con recursos muy limitados que uno situado en un buen barrio?
¿Por qué la LOMCE es una ley liberal?
Todas las ideas anteriores han quedado claramente marcadas en la ley. Veamos alguno de esos aspectos:
Las reválidas: La ley recoge lo siguiente: «Las evaluaciones externas de fin de etapa constituyen una de las principales novedades de la LOMCE […] y una de las medidas llamadas a mejorar de manera más directa la calidad del sistema educativo«. Y dispone en su artículo 21: «Al finalizar el sexto curso de Educación Primaria, se realizará una evaluación individualizada a todos los alumnos. […] Las pruebas serán aplicadas y calificadas por profesorado externo al centro».
Competencia entre centros: La Ley Wert habla de introducir: «elementos de certeza, objetividad y comparabilidad de resultados» que «proporcionan a los padres, a los centros y a las Administraciones educativas una valiosa información de cara a futuras decisiones”.
Esta recogida de datos tiene como fin crear una «sana competencia» entre lo centros para que las familias puedan escoger los mejores.
Educación para la ciudadanía: Eliminan este área en detrimento de darle más peso a la religión. Este cambio ha sido muy criticado por toda la sociedad incluso por el Consejo de Estado. Su justificación puede encontrarse en el ideario de la FAES.
«En la medida en que la religión, además de formar parte de nuestra historia y de nuestra cultura, es practicada por un porcentaje muy elevado de alumnos y elegida como tal por sus padres, es razonable que exista la posibilidad de cursar esta enseñanza […]. En cambio, «la introducción en un programa oficial de nociones que responden de manera harto discutible a cuestiones cuya solución no puede encomendarse de ningún modo a criterios establecidos por el poder político, coarta gravemente la libertad de conciencia de los alumnos, pisotea los derechos de los padres para escoger el tipo de educación que estiman más conveniente para sus hijos». ¿Educación para la ciudadanía o atentado a la democracia? (FAES, 2008)
Con todo esto queda claro cuál es el talante de esta ley que para nada hace ningún favor a una sociedad que ha de tener como máximo principio la igualdad.
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Autor: Juan Carlos Palomino Maestro de corazón dedicado a otros menesteres pero enamorado de la educación y de las TIC. Disfruto acudiendo a saraos de profes frikis que les encanta la tecnología, la metodología y la educación en mayúsculas. |
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